PEPE
“MANINA”, MORENITO DE “PERIANA” Y PEPE DE “MÁLAGA”, VOLVIERON A SU PUEBLO.
Quiero volver a mi tierra
quiero
volver a mi pueblo
y
hacer la vida serena
que
era la de mi abuelo.
MIGUEL
DE HIGUERO
Eran las nueve y
media de la noche del lunes, 31 de agosto de 2015, cuando una llamada telefónica
de mi prima Puri me notificaba que en Canal Sur Tv., iba a comenzar el último programa de Los descendientes. Haciéndome saber que una parte importante del
mismo iba a estar dedicada a Pepe “Manina”, al que tuve el gusto de conocer y
entrevistar el pasado 19 de agosto en Periana, su pueblo y el mío.
De la
existencia de este paisano nuestro tuve noticias en la hemeroteca del diario SUR, cuando recopilaba información para
mis EFEMÉRIDES PERIANENSES, a las
que gentilmente dio cobijo en su blog PERIANA
y PEDANIAS, mi admirada Gema Frías Luque.
He aquí lo
recogido en las mismas:
MIÉRCOLES 30
DE AGOSTO DE 1961
Copiada textualmente
de la prensa.
El artista
Morenito de Periana actúo en las fiestas de la Santísima Virgen
Milagrosa, patrona de Venta Baja (Alcaucín) junto a los Paquiros de Vélez y la
tuna de Zafarraya.
MARTES 12 DE
DICIEMBRE DE 1967
La prensa informaba
que tras una larga estancia, casi un año, en Paris, actuando en diversos
centros, había regresado el cantaor malagueño, natural de Periana, Pepe de
“Málaga”, quién se encontraba muy contento de su estancia en tierras
francesas.
Tenía
conocimiento de otro perianense para incluir en mi hipotético libro CIEN
HIJOS DE PERIANA y de inmediato me interese por él. Las averiguaciones
realizadas pusieron de manifiesto que eran muchos los kilómetros que nos
separaban, pero la casualidad hizo que su hijo José Luis –bailaor, guitarrista,
cantaor y percusionista de flamenco- participase y ganase el referido programa
de televisión, siendo el premio un viaje al pueblo donde nació su padre para
reencontrarse con sus raíces.
Gracias a
la información de Rafael Ruiz García, hijo de Antonio “El Moro”, y a las
gestiones de mi prima Puri, concerté una entrevista con Pepe “Manina”, en el
pueblo que nos vio nacer. Habíamos
apalabrado una conversación de dos horas, pero estuvimos hablando casi el doble
del tiempo pactado. ¡Tenía él tantas
cosas por contar y yo por preguntar!
Habíamos
acordado vernos en una casa del Barrero, situada frente al Instituto, pero un
cambio de última hora hizo que lo hiciéramos en el Barrihumo, en la vivienda de
un sobrino de Pepe. Tras los saludos protocolarios le pido permiso al cantaor
para grabar la conversación y comienzo a preguntar. La respuesta a mi primera pregunta me deja
perplejo: su madre lo parió en plena Guerra Civil, debajo de un algarrobo. Y aunque nunca paso hambre, si fueron muchas las
necesidades no cubiertas. Recuerda con nostalgia infinita a sus amigos de la
infancia, nombrándolos con hombre y apodos.
También sale a relucir cuando iba detrás de San Isidro, recogiendo el
trigo que caía al suelo para llenar su talega, las muchas aceitunas que cogió y
rebuscó, la infinidad de hierba y leña
que acarreó y los malos ratos que pasó al regresar del campo y toparse con la Guardia Civil.
Me dice que
aprendió a cantar escuchando la radio que había en su casa, bebe agua y comienza a cantarme la primera copla que supo: una de Lola
Flores. De lo más profundo de mi corazón
sale un sentido olé y comienzo a aplaudirle, nos abrazamos y a los dos se nos
saltan las lágrimas. La escena se repetiría en varias ocasiones. Recuerda sus cantes por los bares del pueblo
con pase de gorra incluido, sus cantes de saetas en La Fuente , su primera
actuación en el Monumental Cinema y los reproches de su padre que no quería
tener un hijo artista.
Quince años
tenía Pepe “Manina” cuando en compañía de su padre embarca en el Puerto de
Málaga rumbo a Valencia, donde residía un hermano suyo, para trabajar en el
campo. Durante la travesía por el
Mediterráneo se le apareció el Ángel Bueno del Destino y su padre lo
rechazó. Una acaudalada dama catalana que
lo escuchó cantar en la cubierta del barco, le propuso a su padre que estaba
dispuesta a costearle los estudios de Música en el Conservatorio de Barcelona y
proporcionarle trabajo a él, pero su padre no aceptó. Pepe toda su vida lamentará esta ocasión
perdida. Pero la vida continúa. Trabaja
varios años en el campo valenciano. Gana algún concurso de cante. Regresa a
Periana. Hace la mili en Canarias y se establece en Madrid. Su representante de
la propone cambiar el nombre de Morenito de “Periana” por el de Pepe de
“Málaga”. Actúa en los mejores lugares y
recorre España y el mundo enrolado en las compañías de las figuras del cante y
la copla. Conoce a Estrella Morena, solita del ballet del ballet de Antonio, se
enamoran, actúan en Estados Unidos y deciden quedarse allí. Su felicidad se ve colmada con la llegada de
José Luis, su único hijo.
Fueron casi
cuatro las horas que tuve el privilegio y el placer de hablar con Pepe
“Manina”, Morenito de “Periana” y Pepe de “Málaga”, tres personas entrañables y
un hijo de Periana verdadero. Alguien que rebosante de sinceridad, amistad y
modestia respondió a todas mis preguntas con gusto y sinceridad. Alguien que
está enamorado de la vida, de su mujer y su hijo. Alguien a quien se le
saltaban las lágrimas cada vez que hablaba de su familia perianense. Alguien que sentía pasión por su madre y su
hermana Carmela. Alguien que va sembrando amistad por donde pasa y que no tiene
nada que reprocharse, es el destino quien decide nuestro paso por la tierra y
contra él no se puede luchar.
Veinticinco
eran los años que Pepe “Manina” faltaba de Periana, pero tengo la seguridad que
ni un solo día de esos cinco lustros
dejó de acordarse de pueblo que lo vió nacer. Pepe ama a Periana, Periana
circula por sus venas y lo lleva grabado a fuego en lo más profundo de su alma
y su corazón.
JOSÉ MANUEL FRÍAS RAYA
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